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lunes, 13 de enero de 2014

Breve triunfo político.



Al punto de ganar las elecciones, pues ya está todo preparado para que así suceda. El anciano de 80 años quiere reelegirse nuevamente pero tiene un contrincante, un joven apuesto lleno de vida que también busca ganar y a su vez llevar a la cárcel a aquel anciano que mientras gobernó fue un corrupto. 

Pasan las horas, las elecciones son mañana. Ya el plan va en marcha. Los perros fieles, asesinos contratados por el anciano gobernante se preparan para dar fin al joven que aspira ser mejor para con su pueblo. El gobernador seguro de su victoria está sentado plácidamente en la banca de un parque. Saluda a los habitantes de su vecindario con simpatía como siempre lo ha hecho y observa la bella tarde que yace en el momento. 

De repente, un dolor intenso emana en su pecho: es el corazón que late con fuerza con una sensación desgarradora. La emoción que sintió de su casi logro era muy fuerte para que la pudiera soportar su degastado órgano vital. Él, seguro de su muerte, pensó que su tiempo llegó, que fue un tonto al pensar que viviría un poco más… 

Muerto yace el cuerpo del ahora ex gobernador. La noticia se expandió con mucha rapidez, llegó hasta donde los asesinos. Estos cesan la matanza que estuvieron al punto de hacer. Ellos, junto con todo el pueblo, se preparan para asistir al funeral del difunto. 

En el entierro quien hace el panegírico es el joven, quien sin saber que atentaron ante su vida, habló del buen hombre que fue el difunto. Política, es la definición ante esta acción, pues aunque él no sabía que lo iban a matar siempre fueron rivales, llegaron a darse discusiones fuertes entre ellos. En varias ocasiones se estuvieron al punto de matar como si se tratara de una riña en el lejano oeste. 

Ahora que sólo está el joven como único aspirante, tiene la candidatura a su favor. Los anteriores perros fieles del difunto ahora se convirtieron en sus aliados. Están dispuestos a matar por el nuevo gobernante, el que se convirtió en su nuevo jefe. 

Honor no tienen. Sólo llevan el deseo insaciable por los privilegios en los que viven, los cuales no quieren que se desvanezcan. Así cambiaron de dueño estos asesinos. Porque el que está en el poder no tiene amigos, sólo le acompañan los enemigos y la hipocresía. 



Mientras estas arriba te seguirán pero cuando caigas te abandonarán. Dejándote solo en el olvido de tu triste soledad. 



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